Cuatro Quinientos






Cuatro Quinientos

Ser estudiante de arte en México no es empresa fácil, a la vida académica se suman otras dificultades y exigencias que determinarán el futuro de los alumnos.
De entrada, para la mayoría parece un dilema cómo generar las estrategias que los inserten en la escena del arte: mercado, galerías, exposiciones, curadurías, difusión, etcétera.
Si bien la calidad y pertinencia de la obra deberían de ser suficientes, tampoco aseguran que —para aquellos artistas jóvenes que ven como uno de sus objetivos esta inserción— el camino al éxito estará trazado. La realidad es que muchos de los estudiantes de arte terminarán ejerciendo trabajos que los alejarán de la producción cuando no del arte mismo.
En México, al menos desde la entrada del neoliberalismo, las becas que el Estado otorga a los artistas emergentes han sido una forma —no entremos en la discusión de sí es la mejor o no— de alentar la producción.
Cuatro quinientos es, en principio, uno de los resultados que arroja este sistema de becas. Alejandro Villalbazo —artista, gestor, tutor y curador— fue designado por el FOCAEM para seleccionar a los jóvenes artistas que en 2012 obtuvieron uno de los tantos apoyos que da el Estado; su labor no terminó como jurado, durante ese año trabajó de cerca con seis de los becarios en el proceso de sus proyectos. El producto de este proceso es la exposición que se presenta durante febrero y marzo en La Quiñonera.
El título de la expo alude a la cantidad que los artistas percibieron como becarios; la exposición incluye obra de Ángela Leyva, Israel Esquivel, Jesús Martínez Escobar, Ricardo Esquivel Chacal, Jesús Antonio Martínez Escobar, Ulises Figueroa y Víctor Hugo Ramírez.
La selección de Alejandro Villalbazo se fundamenta en la concepción de la pieza de arte no como un producto acabado, sino como proceso. De esa manera como espectador es posible acceder no sólo a obras, sino a los procesos de investigación de los chicos. De una investigación semiótica que recurrió a las redes sociales para significar distintos objetos (Ángela Leyva), una propuesta de cómo podemos hacer audible la gráfica (Jesús Antonio Martínez Escobar), a una exploración de un determinado contexto a través de técnicas arqueológicas (Ulises Figueroa), las obras son sobre todo indicadores de que la nave va, de que el arte joven está sucediendo. Y de que es necesario buscar los espacios y generar las opciones.
Dice el curador de la muestra que “no es fácil dedicarse al arte en este país”, pero siendo honestos en este país no es fácil dedicarse a casi nada. “Son los proyectos autogestivos, los ejercicios críticos y autónomos los que sacan la casta.”
La Quiñonera
Santa Cruz 111, Barrio de la Candelaria, Coyoacán

[14 de febrero de 2013]

http://www.revistacodigo.com/cuatro-quinientos-la-quinonera/



Cuatro Quinientos...

A partir de una idea fuertemente influenciada por la sinéctica (teoría que se refiere a la integración de diversos individuos en un grupo para el planteamiento y soluciones a problemas) pues se concibe bajo la posibilidad de reunir los seis proyectos que la conforman; proyectos previamente seleccionados en el proceso de la Decimosexta Convocatoria del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico del Fondo Especial para la Cultura y las Artes del Estado de México para recibir un estímulo económico mensual de cuatro mil quinientos pesos, que les procurará condiciones favorables para continuar con su labor creativa (dice la convocatoria); dicha selección fue determinada por la relación aparente que existe entre los proyectos integrantes, la cual sostiene el fundamento de la construcción del objeto plástico-visual a través del proceso de consolidar la experiencia, a través  de asesoría para los autores seleccionados. Si bien es cierto que con cuatro mil quinientos pesos no se cubren completamente los requerimientos necesarios para la ardua tarea que representa cumplir cabalmente con el proyecto presentado (y menos en un contexto donde periódicamente se incrementa el precio de una serie de productos y servicios necesarios para la subsistencia cotidiana), el monto mensual asignado resulta, en la consideración de estímulo, una ayudadita para que continúen el desarrollo de su quehacer. Paradoja compleja la que presenta el con-texto de la novel creación en México. Sí es cierto que el autor en su edad temprana es cuando cuenta con más energía, fuerza, ingenio y ambición para desarrollar proyectos, también es cierto que es cuando cuenta con menos apoyo y necesariamente debe cubrir todos los aspectos que demanda su disciplina, no sólo la de creación, si no también hacerla de gestor, promotor, diseñador, museógrafo, técnico, chofer y chalán, poner las invitaciones y el coctel de inauguración, pagar renta, luz, gas, internet, teléfono, comer, estudiar, titularse, ir al cine (de vez en cuando)… en fin, sin duda no es fácil dedicarse al arte en este país y menos con cuatro quinientos al mes.En esta muestra se advierte la vigorosa intención de mostrar el proceso que siguió el desarrollo de los proyectos de producción, que si bien se originan desde la subjetividad individual, es en el ejercicio grupal donde encuentran mayor impacto y coherencia. Las piezas reunidas, nos muestran distintas metodologías para llegar a la resolución del problema o problemas planteados, ­­siendo parte fundamental de su construcción.Dicho proceso se estructura a partir de unpre-texto formal y conceptual en el que se establece unabisociación generadora de  conexiones; metodología rica en ideas, materiales y estrategias. El proceso se consolida como la auténtica obra, siendo el objeto terminado un registro (la ­evidencia) de este acontecer, y así  la acción se edifica como obra de arte. 



Alejandro Villalbazo




Ángela Leyva

Israel Esquivel

Ricardo Esquivel "Chacal"

Ulises Figueroa

Jesús Antonio Martínez Escobar

Víctor Hugo Rodríguez Juárez